El corazón le latía con fuerza. Había soñado muchas
veces con ello. Como una premonición. Y ahora lo sentía. Ya estaban aquí. Una
energía extraña impregnaba el ambiente. Era como cuando entras en una
habitación tras una discusión y notas la tensión que se masca en el lugar.
−Ya están aquí.−dijo bajo las sabanas.
Una luz potente se colaba entre las rendijas de la
ventana. Ella estaba quieta, inmóvil, conteniendo la respiración. Y, de pronto hubo una fuerte sacudida.
Aterrada, salto de la cama y bajo en pijama hasta la
puerta del jardín de atrás. La abrió de golpe y un fuerte vendaval irrumpió en
la cocina arrastrando sus pies por el suelo mientras se aferraba al pomo de la
puerta. Mientras, la potente luz cegadora la impedía ver con claridad.
Al instante, ese mismo viento que con tanta fuerza
había irrumpido en la habitación cambio. Ahora en vez entrar, salía, y salía
con más fuerza de la que había entrado.
Los piececitos de Caroline se elevaron en el aire
hacia fuera de la cocina mientras agarraba el pomo de la puerta. Hasta que no
puedo soportarlo y se soltó. La puerta se cerro de golpe y Caroline
desapareció. El viento cesó y la luz desapareció. Mientras sus padres dormían
plácidamente. Fue como si nada hubiera
sucedido.
Yaiza Courson
Ay, la película Poltergeist... qué recuerdos de noches aterradoras. Besotes!!!!
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