"Aquí se viene a hurgar en la herida hasta que no moleste la sangre, aquí se entra con bisturí y alicates dispuestos al sudor y la borrachera"
IreneX

miércoles, 10 de febrero de 2016

La Cama

Era una mañana gris. Hacía demasiado viento para salir a la calle o simplemente para salir de la cama. Golpeaba con fuerza las copas de los árboles desnudas  y la persiana de mi ventana.
En ese momento entre pereza, sueño, y el calor de las sabanas lo pensé. 
Vino a mi mente como un rayo y lo tuve claro.
Un día me casaré contigo, y después con mi cama.
O al revés, el orden de los factores no altera el producto.
Seremos un trío precioso.
Y el mundo exterior se puede quedar fuera, muy fuera, bien fuera.
Y entonces el tiempo se detendrá. Ya puede golpear el viendo la persiana todo lo que quiera,
que para mí, no hay mundo ahí fuera.
Y entonces me dormí, me dí la vuelta y me volví a dormir. 
Ignorando al mundo, pero no a ti.
                                                                                                 Yaiza Courson

miércoles, 27 de enero de 2016

La Visita

El corazón le latía con fuerza. Había soñado muchas veces con ello. Como una premonición. Y ahora lo sentía. Ya estaban aquí. Una energía extraña impregnaba el ambiente. Era como cuando entras en una habitación tras una discusión y notas la tensión que se masca en el lugar.

−Ya están aquí.−dijo bajo las sabanas.

Una luz potente se colaba entre las rendijas de la ventana. Ella estaba quieta, inmóvil, conteniendo la respiración. Y,  de pronto hubo una fuerte sacudida.
Aterrada, salto de la cama y bajo en pijama hasta la puerta del jardín de atrás. La abrió de golpe y un fuerte vendaval irrumpió en la cocina arrastrando sus pies por el suelo mientras se aferraba al pomo de la puerta. Mientras, la potente luz cegadora la impedía ver con claridad.
Al instante, ese mismo viento que con tanta fuerza había irrumpido en la habitación cambio. Ahora en vez entrar, salía, y salía con más fuerza de la que había entrado.


Los piececitos de Caroline se elevaron en el aire hacia fuera de la cocina mientras agarraba el pomo de la puerta. Hasta que no puedo soportarlo y se soltó. La puerta se cerro de golpe y Caroline desapareció. El viento cesó y la luz desapareció. Mientras sus padres dormían plácidamente.  Fue como si nada hubiera sucedido.

                                                                                                                                 Yaiza Courson



domingo, 24 de enero de 2016

C'est la vie

Se enfrentó cara a cara con la vida. Hacía tiempo que la había dejado de lado y ella a él. Pero llegado a ese punto se miraron largo rato a los ojos, había olvidado de qué color eran. Se dijeron todo lo que se tenían que decir, todo el odio, todo el amor, todo el rencor y los peores sentimientos que un hombre puede guardar en su corazón se dijeron con solo una mirada. Y tras encontrar la paz en su interior se aferro. Se aferro a ella como nunca se había aferrado a nada. Peleo con todas sus fuerzas. Se aferro a la vida, y la vida ganó.
                                                                                                                                      
                                                                                                                                     Yaiza Courson



sábado, 23 de enero de 2016

La Mentalidad Dormida

La mentalidad dormida. Esa parte de nosotros que se encuentra en constante letargo, en la lejanía de nuestro subconsciente, que va apagando nuestras vidas. Que las va haciendo ridículas e insignificantes, carentes de todo sentido. Sin ningún rumbo que seguir. El vacío; la nada; la inexistencia. Ese palpitar lento. El desasosiego, el desapego. El creer que nada merece la pena porque en nada nos convertimos cuando morimos. Toda una vida reducida a polvo, a cenizas; a cuatro palabras y a un te echaremos de menos y en el camino perdimos nuestra vida, por la cual no hicimos nada. Nos perdimos a nosotros. A ver la vida pasar y la vida pasaba; sin inmutarse por esa mentalidad dormida. Sin hacer nada nos fue consumiendo. Nos fue atrapando sin que nos diésemos cuenta; desde dentro. Arrebatándonos lo que más queríamos. Reduciéndolo todo al soñar despierto; a la vida vacía; a la incomprensión; a la soledad y a la desolación.

                                                                                                        Yaiza Courson